Después del desayuno, nos
encaminamos a recorrer el Parque Natural, la entrada está muy cerca del
Monasterio, es mejor iniciar el paseo tempranito , si vas en agosto el calor
aprieta pronto.
Hacia la entrada |
Todo el Parque está
perfectamente señalizado y puedes hacer el recorrido de forma libre, nosotros
comenzamos cruzando la pradera llamada” del Vergel”, está regada por las aguas
de un brazo del río Piedra, su otro brazo se precipita en la zona de las
cascadas.
En el Parque y con nuestra
entrada podemos asistir a un espectáculo de aves rapaces, consultar los
horarios, nosotros fuimos espectadores del primero de la mañana y nos divertimos con el
vuelo de un gran número de rapaces.
Uno de los "artistas" |
Este enclave natural
cuenta también con numerosas zonas para descansar durante el recorrido, éste
nos llevará a lugares impresionantes como la cascada “Cola de caballo” labrada
por el río para salvar un desnivel de
más de 50 m. Más arriba siguiendo el itinerario se encuentran las cascadas de “Iris” y “Fresnos”.
Parte de la ruta nos llevó
a las grutas, es una sensación increíble estar en la gruta de la cascada “Cola
de caballo” y ver esa cortina de agua, el sonido es lo que más
recuerdo.
cola de caballo |
Pasando por la “Peña del
diablo” llegaremos a otro de los lugares mágicos del Parque, “el lago del
espejo”, en él se reflejan las montañas y su quietud trasmite una sensación de
tranquilidad.
Andemos por la zona que
queramos del Parque, siempre nos acompañará el susurro del agua trasformado a
veces en atronador rugido.
Nosotros nos marchamos al
atardecer rumbo a Calatayud y su
estación de tren, AVE de regreso a Madrid
dónde pasamos el fin de semana, punto y final de este viaje, que nos mostró de
una pincelada lugares maravillosos de nuestro país.
Un buen viajer@ no debe limitar
sus viajes solamente al extranjero, también consiste en descubrir y valorar lo
cercano.
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