Translate

miércoles, 20 de junio de 2012

CALATAYUD


Dejamos la ciudad de Zaragoza y nos marchamos a la cercana de Calatayud. La antigua Bílbilis nombre que recibía en época romana y que aún está presente en su gentilicio (bilbilitano/a), se encuentra a 86 kms. de Zaragoza. Nosotros elegimos una vez más el autobús para hacer el trayecto.
Cuando la visitamos estaba en plenas fiestas de San Roque. Si vuestra visita coincide con las fiestas tendréis que reservar con mucho tiempo de antelación el hotel. Calatayud se llena de casetas de peñas, en ellas se reúnen para disfrutar de la fiesta, cada peña tiene su banda, principalmente de tambores, y durante el día pasean por Calatayud tocando.
Se producen además encierros de toros.
Cártel  2012
Los bilbilitan@s nos recibieron con calidez, incluso llegaron a invitarnos a pasar a su casa para mostrarnos sus tradiciones, puede que ayudase ir con un grupo de amigos japoneses ;))
Nosotros nos alojamos, cómo no, en el lugar más típico, la Hospedería Mesón de la Dolores, es un hotel de tres estrellas bien situado, su decoración  en estilo rústico está muy cuidada y  su restaurante es de buena calidad.
Mesón la Dolores

Interior Mesón

Decoración de los pasillos

Tras dejar en las habitaciones el equipaje, nos marchamos a recorrer el centro de Calatayud.
Nos divertimos viendo a las peñas tocar, se diferencian unas de otras por el color de su camiseta.
El centro de la ciudad es cómodo para pasear, tiene infinidad de terrazas que hacen muy llevadero el paseo, siempre habrá lugar para una cervecita fresquita, por que el calor en esas fechas es importante.
Nos marchamos a descansar y a preparar el día siguiente, que sería "movidito" desde el principio.
Movidito es poco

Ese día empezó a las 7 de la mañana, sin desayunar nos marchamos a la Plaza de Toros, a ver el encierro que se corría a esa hora, es impresionante ver a los toros de lidia correr rumbo a la plaza, me sirvió para estar segura de que nunca correría en San Fermín, que miedo ver esos bichos de  cerca, separados de ti por una valla de madera, nuestros amigos de Japón disfrutaron haciendo fotos y nosotras temiendo que a un toro se le "antojase" un japonés.
Éste no se mueve

Encierro

La protección
Tras el encierro nos volvimos al hotel a desayunar y empezar nuestra ruta turística por la Bílbilis más monumental. Está dividida en dos zonas claramente diferenciadas , el barrio árabe y la villa medieval, reconoceréis enseguida en cuál de ellos estáis por el símbolo que acompaña al nombre de la calle, una media luna si era el barrio árabe y una cruz si se trataba de calles de la villa medieval.
Nuestros pasos nos llevaron a la Colegiata de Santa María la Mayor, su origen es siglo XII y se edificó sobre la antigua mezquita, el edificio actual es del siglo XVII,  está situada en la villa medieval.
Una de sus partes más características es la torre, una de las principales muestras del mudéjar aragonés.
En su interior existen numerosas capillas barrocas y techos con yesería mudéjar. El claustro es del siglo XIV.
Colegiata Santa Mar

Interior Colegiata

Torre mudéjar


Interior Colegiata


Visitamos después la Iglesia de San  Pedro de los Francos, del siglo XIV fue fundada para el servicio religioso de los franceses que formaban parte de las tropas del rey Alfonso I el Batallador, que llegaron a Calatayud para su conquista.
Su estructura es mudéjar y en su interior destacan las yeserías calada y el pie de su órgano del siglo XV.
Después dimos un paseo por las tiendas del entorno y decidimos que no subiríamos al castillo, ya hacía demasiado calor y a los habitantes que le preguntamos nos aseguraban que la subida tenía una considerable inclinación y casi 5 kms de recorrido. Nos pareció más productivo regresar al hotel almorzar en su restaurante y prepararnos para la tarde, nos esperaba una corrida de rejones, que sorprendió y en algunos casos asustó a nuestros amigos.


Después de la tarde taurina, nos marchamos al centro de Calatayud a realizar las últimas compras y como broche final de nuestra visita, cenar en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, la reserva la teníamos desde antes de iniciar el viaje, las colas para comer allí son largas, su nombre, como no, Restaurante Bílbilis, la cocina es excelente, el trato impecable y su relación calidad-precio muy adecuada.




Tras  la cena, regreso al hotel, hay que preparar las maletas, al día siguientes nos marchamos a conocer un  hermoso lugar a pocos kms. de Calatayud.
El Monasterio de Piedra.










No hay comentarios:

Publicar un comentario