El último día de nuestra estancia en Český krumlov lo dedicamos a visitar su Castillo y Latrán el barrio de los artesanos. Fijamos nuestra vuelta a Praga en el tren de las 18:30 h.
El castillo perteneció a los Rozmberk desde 1302 a 1602, al emblema de esta familia se debe la famosa rosa que ahora es símbolo de la ciudad, en 1717 y hasta la actualidad, el castillo pasó a manos de la familia Schwarzenberg .
El castillo es el 2º más grande del país después del de Praga.
A él se accede por el puente levadizo, en su foso está una de las atracciones del castillo, son sus osos, viven allí y son fotografiados por centenares de turistas.
Oso del foso |
Una vez en el patio del castillo nos llama la atención la torre pintada en 1590, en el 2º patio están las taquillas. Los patios que cruzamos tienen las paredes con frescos y esgrafiados.
En el interior del castillo debemos seguir una visita guiada, que nos llevará por los diferentes salones y estancias y nos contarán la vida de los nobles que allí residieron. El estilo es rococó en su mayoría y cabe destacar la gran colección de porcelanas chinas y valiosos tapices.
La salida del interior se hace por un puente descubierto que te lleva a los jardines que puedes recorrer ya libremente hasta el teatro que se encuentra en el recinto, para llegar a él pasaremos por el famoso puente de arcos que domina la vista del pueblo.
Puente visto desde el río |
El teatro es barroco construido en 1767 por orden del príncipe Josef Adam Schwarzenberg.
En el podemos admirar la maquinaria del escenario y los trajes usados en las obras
teatrales que allí se representaban en el siglo XVIII.
A nuestra salida del castillo nos encaminamos al barrio de Latrán, no sin antes tomar una “pibo” para reponer fuerzas ;))
El mencionado barrio, está unido a la ciudad interior por un puente sobre el Moldava, allí estaban los artesanos de la ciudad hoy aún podemos ver las casa medievales con sus fachadas esgrafiadas y el monasterio minorita, un convento de clarisas y su iglesia.
detalle de los jardines del monasterio minorita |
En esa zona hay talleres de artesanos y en joyería se encuentran unos diseños más actuales que en Praga.
Allí compré un anillo de granate con un tallado que se sale de la forma típica de trabajar esta piedra, y por supuesto no os podéis ir de Český krumlov sin llevaros una moldavita, esta gema no la encontrarás en otra zona del país y está muy ligada al mundo mágico por su origen.
Fue creada hace 15 millones de años por una lluvia de meteoritos y sólo existen en el mundo las minas que se crearon en esa fecha, cuando se agoten esta gema desaparecerá de la tierra.
Nosotras nos llevamos un anillo y un colgante.
La vuelta a Praga fue más accidentada, tenían problemas en la vía y a mitad del camino nos hicieron bajar del tren y nos trasladaron al pueblo más cercano para retomar otra vez el viaje en tren hasta Praga, resultado hora y media de retraso sobre el horario de llegada establecido.
Pero esta vez teníamos avituallamiento, para pasar el viaje y eso sí un consejo de supervivencia de viajer@ si veis a los lugareños abandonar el tren no lo dudéis y seguidlos, por megafonía sólo utilizan el checo y si no sois list@s os podeis quedar cogiendo moscas.
Mañana hablaré de buenos planes culturales en Praga.
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