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miércoles, 29 de agosto de 2012

LA CAPITAL DE LA PAZ Y LA TRANQUILIDAD, KIOTO, JAPÓN


Hoy nos vamos a Kioto, a 465 km. de Tokio unas 6 h y media en coche, para realizar el viaje utilizamos una vez más en tren , en este caso el  NOZOMI, que sale de la estación de Shinagawa y nos deja en  Kyoto Station  tres horas y media después.

Todos al tren

Kioto fue fundada en 794 con el nombre de Heiankyo (la capital de la paz y la tranquilidad).
Fue capital de Japón hasta 1868, en el que Edo (la actual Tokio) ocupó su lugar.
Nos alojamos en el hotel Inn Kyoto, muy bien situado, práctico y con un personal muy amable.

http://www.elinn-kyoto.com/en/




Tras dejar las maletas en la habitación, nos marchamos a recorrer uno de los lugares más hermosos que visitamos en Japón, me refiero a 
哲学の道  llamado Camino de la Filosofía o del filósofo. El nombre se lo debe a un profesor de Filosofía de la Universidad de Kioto, Nishida Kitaro (1870-1945) que lo recorría a diario.


Es un camino de subida por las montañas Higashiyama de unos 2.5 km de longitud, que va desde Gingakuji (銀閣寺) hasta el puente Nyakuoji, sigue un canal bordeado de cerezos, cuando los cerezos se llenan de flores el camino es recorrido por muchas personas para contemplarlas, a nuestro plazo encontraremos numerosos templos nosotros visitamos los 2 más importantes Ginkaku-ji y Nanzen-ji.

También hay infinidad de tiendecitas de artesanos y pequeños restaurantes.

El recorrido os aseguro que no se hace pesado teniendo en cuenta que subimos la ladera de una montaña, el sonido del agua y el movimiento de las ramas de los cerezos producen un efecto tranquilizador, comprensible que el filosofo paseara por aquí J


Iniciando el camino

más camino

Tienda de artesanía


















Nuestra primera parada fue en el Templo de Ginkaku-ji (Pabellón plateado), no tan famoso como su hermano Kinkaku-ji y su famoso Pabellón dorado. 

Entre los muros de este templo se refinaron muchas costumbres tradicionales de Japón como la ceremonia del té, el teatro No, el Ikebana o la pintura con tinta. 

Su nombre tiene origen en la decisión del Shogun Yoshimasa (1358-1408) que quiso cubrir de plata un pabellón del templo. En honor a su abuelo que cubrió con pan de oro Kinkaku-ji. 

Desgraciadamente no pudo llevar a cabo su idea debido a los gastos de la guerra de Onin. 

Este templo tiene uno de los jardines más hermosos de la ciudad y sus vistas son magníficas.


Entrada de Ginkaku-ji

Jardines del templo

Jardín de piedra

Jardín


Vistas desde el templo

En el templo

Pabellón plateado



Continuamos con nuestra ruta y a mitad del camino paramos en un pequeño restaurante para almorzar. 

Nos sentó muy bien tras la comida seguir caminando, hasta el templo de Nanzen-ji.
Un descanso
a Nanzen-ji

Este lugar está formado por diferentes pabellones, este templo es desde 1386 el que ostenta el control de los Gozan (los 5 grandes templos zen de Kioto) por ello tienen una gran importancia en la religión budista. 

Nos sorprendió por su magnitud la colosal Sanmon, es una puerta construida en madera en 1626 para consolar a las almas de los muertos en el asedio al castillo de Osaka. Se puede subir a lo más alto de la puerta, nosotras lo hicimos mientras nuestros amigos nos esperaban abajo, comprensible hay que subir bastantes escalones hasta llegar a la cima. 


Dentro de la puerta hay habitaciones con estatuas de Buda que sirven para la oración, como nota curiosa os diré que debes hacer el ascenso descalza, al ser toda la construcción de madera y no permiten ir calzados para que no se deteriore.Desde su terraza se disfruta de una vista increíble.


Tienda de artesanía en papel

Altar en el camino

Otra tiendecita

Camino de la filosofía

Desde la Sanmon

Vista desde la puerta

Descalza en la puerta

Vistas



una plegaria antes de entrar en el templo


Al bajar Toshi y Takao nos llevaron al pabellón Hojo, tiene un maravilloso jardín de piedra, sentarse a escuchar, aunque resulte paradójico, el silencio, produce una paz interior difícil de abandonar. 

Pasamos a otro pabellón que cuenta con una cascada y un jardín donde se puede disfrutar de matcha (té ceremonial), nos llevamos la agradable sorpresa de que teníamos reservada una habitación con vistas a la cascada para tomar el té, en una ceremonia tradicional, este momento es uno de los muchos recuerdos que atesoramos de nuestra visita a Kioto. 

Pasamos después a visitar uno de los subtemplos del recinto, concretamente Konchi-in, pudimos ver una de las escasas obras auténticas del paisajista Kobori Enshu.




El sonido del silencio

pabellón Hojo

Cascada

Té matcha

Salón de té
Al salir nos encontramos con una construcción que no esperábamos ver en Japón, un acueducto de estilo occidental de la época Meiji, es un lugar muy famoso por lo singular de su presencia. 


De regreso al hotel, una duchita y a recorrer las tiendas del mercado más famoso de Kioto, arrasamos en algunas tiendas y Takao nos regaló el complemento a nuestros kimonos, una getas preciosas. 

Cenamos en un pequeño restaurante dentro del mercado de alimentos (como nuestras plazas de abastos). 

Y por fin a descansar, al día siguiente habíamos quedado con una nueva amiga, Kazuko, que es una enamorada de la ciudad, reside en Tokio y dos o tres veces al año visita Kioto, nos hizo el inmenso honor de venir desde Tokio para hacernos de guía. 

El nuevo día nos reparaba muchas sorpresas, ya os contaré.











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