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domingo, 19 de agosto de 2012

EL LUGAR DONDE CONOCÍ A TONBO , SHIOBARA, JAPÓN

Nuestro nuevo día en Japón nos deparaba un viaje inolvidable a la región de Shiobara, pertenece a la Prefectura de Tochigi a unas 4 horas de Tokio. 


Vinieron a buscarnos al hotel Toshi y Takao, y nos presentaron a 2 nuevos amigos, Kuma –chan (Yoshihiro) y Naoko, en su gran y cómodo coche haríamos el viaje. 

El tráfico que nos encontramos a la salida de Tokio era increíble, unos atascos propios de una megalópolis, una vez nos alejamos de la capital el tráfico fue disminuyendo.

Comprobando la ruta
Paramos sobre las 12 para almorzar (como en todas partes cuando viajas descubres que todo el mundo almuerza tempranisimo para nuestro horario), y probamos uno de los platos favoritos de Toshi, el ラーメン “ramen”, es un plato de origen chino por eso su nombre lo escriben con el alfabeto que usan para todo lo que viene de fuera el Katakana,está muy extendido en Japón e incluso hay restaurantes especializados en este plato, para mi gusto es más bien de invierno, te lo sirven tan, tan caliente que te caen los sudores sólo de verlo J

El almuerzo Ramen










Nos alojamos en un Ryokan, es un alojamiento tradicional que hoy en día se considera de lujo y no es para menos, porque todos ellos cuentan con un onsen natural. 

Esta zona es muy hermosa y junto al ryokan discurre un río de montaña, puedes caminar escuchando su melodía y ver a las familias con niños pertrechados con atrapa mariposas, pero su objetivo son los cientos de tonbos que vuelan por el lugar.

las montañas que nos rodeaban

A la caza de Tonbos

Baño natural frente al Ryokan

Conociendo a Tonbo ;)


Al llegar dejamos las maletas y poco más, nos marchamos a pasear por la montaña, hay senderos que puedes seguir sin problemas y están salpicados de onsen naturales, éstos si son mixtos, es una pasada caminar por la montaña y si lo deseas paras en un baño y al agua (desnuda). 

Pero uno de los placeres más intensos fue cuando encontramos el onsen para pies, tras la caminata “uhmmmmm” el paraíso.

Otro onsen natural en la montaña

indescriptible

El sonido del agua a cada paso

El paraíso

Calentita y relajante uhmmmmm

De regreso al ryokan nos marchamos al onsen, aquí si están separados hombres y mujeres, después de la ducha y pasar por el baño templado, sales fuera y tienes el onsen, en plena naturaleza, tanto nos gustó que por la noche volvimos a tomar uno (no hay límite de horario siempre puedes pasar), es un placer indescriptible bañarte en soledad (bueno éramos 2) y escuchar los ruidos de la noche y el discurrir del río. Merece una mención aparte la habitación, el alojamiento es especial en un ryokan, es totalmente tradicional, cuando entras tienes un tatami enorme, guardan la tradición y tienen una tokonoma (en los hogares modernos esta tradición se va perdiendo), os dejo un enlace que explica mejor que yo, en qué consiste.


Tokoma

Té para dos 

Mesa de la habitación

La habitación

Detalle de Tokoma

No se les escapa una :)

Vista desde la habitación





































Por su puesto en la habitación tienes a tu disposición zapatillas, yukata y bolsa de aseo. También tienes sobre la mesa un juego de té para que lo prepares en el momento que te apetezca. 

Eso sí, no falta la comodidad moderna, el frigo es “inteligente”, no necesitas anotar lo que consumes, basta con sacarlo del frigo y de forma automática se anota en tu cuenta. 

La cena la hicimos en el ryokan, puedes reservar una habitación sólo para ti y cenar, eso hicieron nuestros amigos, la habitación tenía un tatami, una mesa tradicional, es decir bajita y los asientos consistentes en cómodos cojines, nos llamó la atención la forma de servir la comida, la camarera pasa con la bandeja y se dirige de rodillas hasta la mesa y sirve a los comensales, de los más tradicional. 

Entre los platos que probamos estaba el carpaccio de caballo.


Cuando llegamos a la habitación tras la cena, ya nos habían extendido los futones para dormir. 

Como os he contado, no pudimos resistir la tentación de volver al onsen y después del baño duermes como un bebé, cosa que nos vino genial porque al día siguiente y de regreso a Tokio pararíamos en Nikko para visitar el Santuario Tosho-gu para llegar a él hay que subir infinidad de escaleras, se pierde la cuenta. 

También visitamos el santuario Taiyuin-byo, en él está el mausoleo del Shogun Iemitsu Tokugawa.
Futones

Nuestro baño nocturno

Relajante 

Solas en el onsen

Instrucciones de seguridad en el ascensor




Nombre de nuestro ryokan ;))


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